El sueño es la pequeña puerta oculta que conduce a la parte más escondida e íntima del alma, que ya era alma mucho antes de que existiera la conciencia del "YO".
Nos penetramos en el hombre verdadero más profundo, universal, verdadero y eterno. Aún inmenso en la oscuridad de aquella noche primitiva, en la cuál él era todo y todo era en él., en la naturaleza indiferenciada y privada de todo YO, desde esta profundidad que une todo nace El Sueño.
De esta manera nosotros debemos conducir al individuo, ésta zona no es otra cosa que el fugaz, efímero, grotesco producto de la noche, El Sueño, y el camino es la comprensión del sueño.
Nadie que no se conozca a sí mismo pueda conocer al otro y en cada uno, hay un otro que nosotros que no conocemos, y que nos comunica una imagen distinta de lo que tenemos de nosotros mismos. Hay que sondear nuestra propia Psiquis.
Nos penetramos en el hombre verdadero más profundo, universal, verdadero y eterno. Aún inmenso en la oscuridad de aquella noche primitiva, en la cuál él era todo y todo era en él., en la naturaleza indiferenciada y privada de todo YO, desde esta profundidad que une todo nace El Sueño.
De esta manera nosotros debemos conducir al individuo, ésta zona no es otra cosa que el fugaz, efímero, grotesco producto de la noche, El Sueño, y el camino es la comprensión del sueño.
Nadie que no se conozca a sí mismo pueda conocer al otro y en cada uno, hay un otro que nosotros que no conocemos, y que nos comunica una imagen distinta de lo que tenemos de nosotros mismos. Hay que sondear nuestra propia Psiquis.
Jung
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