Capítulo IX
(extracto final)
El hombre que escucha las palabras de vida y no las vive, es semejante al hombre que
construye su casa sobre la arena; cuando las corrientes vienen, aquella es destruida y todo se
pierde; mas aquel que escucha las palabras de vida y en su corazón honrado y sincero las recibe
y atesora y vive en vida santa, es semejante al hombre que construye su casa sobre la roca; las
corrientes pueden venir, los vientos soplar y las tormentas azotar sobre su casa, que ella es
inconmovible.
ID y edificad vuestra vida sobre la sólida roca de verdad y todos los poderes del mal no podrán conmoverla.
ID y edificad vuestra vida sobre la sólida roca de verdad y todos los poderes del mal no podrán conmoverla.
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