Un grupo de Sufis enviados por su preceptor a cierto distrito se estableció en una casa.
Para evitar la curiosidad indeseable, sólo el hombre que estaba al frente del grupo —el Diputado Jefe— enseñaba en público; el resto asumió las fingidas funciones de sirvientes. Cuando el maestro murió, la comunidad modificó sus funciones, revelándose como místicos avanzados. Pero los habitantes de la región no sólo los evitaban por imitadores, sino que hasta llegaron a decir: "¡Qué vergüenza, han usurpado y repartido entre ellos el patrimonio del Gran Maestro. Estos miserables sirvientes hasta se comportan ahora como si fueran Sufis!
"La gente común, por carecer de la experiencia en la reflexión, no posee los medios para juzgar esta clase de situaciones. Por lo tanto, tiende a aceptar meros imitadores que toman el lugar de un maestro y rechazan aquellos que en verdad continúan con su trabajo. Cuando un maestro abandona una comunidad, por muerte u otra causa, quizá la intención sea que su actividad se continúe —o quizá no. Tal es la avaricia de la gente común, que siempre supone que esta continuidad es deseable. Es tanta su relativa estupidez, que no puede percibir la continuidad si no toma la forma más burda posible". SABIDURIA SUFI
Para evitar la curiosidad indeseable, sólo el hombre que estaba al frente del grupo —el Diputado Jefe— enseñaba en público; el resto asumió las fingidas funciones de sirvientes. Cuando el maestro murió, la comunidad modificó sus funciones, revelándose como místicos avanzados. Pero los habitantes de la región no sólo los evitaban por imitadores, sino que hasta llegaron a decir: "¡Qué vergüenza, han usurpado y repartido entre ellos el patrimonio del Gran Maestro. Estos miserables sirvientes hasta se comportan ahora como si fueran Sufis!
"La gente común, por carecer de la experiencia en la reflexión, no posee los medios para juzgar esta clase de situaciones. Por lo tanto, tiende a aceptar meros imitadores que toman el lugar de un maestro y rechazan aquellos que en verdad continúan con su trabajo. Cuando un maestro abandona una comunidad, por muerte u otra causa, quizá la intención sea que su actividad se continúe —o quizá no. Tal es la avaricia de la gente común, que siempre supone que esta continuidad es deseable. Es tanta su relativa estupidez, que no puede percibir la continuidad si no toma la forma más burda posible". SABIDURIA SUFI
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